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Mostrando entradas de diciembre, 2012

Diseño anatómico.

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Gaviota Patiamarilla en Ribeira D ulce hogar que me vio nacer entrañas alborotadas por tanta excitación, ojillos nerviosos y vivarachos buscan minucias que le estimulen una palabra perdida en un milímetro de recuerdo. Sencillez atrevida, espontaneidad desbordada, palabras sin sentido y risas desmesuradas. Reunión acordada, con actas y memorandum, formalidad consentida todo se desmorona con cada bocado deleitado, con cada sorbo saboreado. Jardín del Capricho, Madrid. Qué bonito es vivir? No. Qué bonito es estar en familia, relajados, a nuestro antojo, charlando por charlar, riendo por reir, una madre regocijada en un corazón engrandecido, feliz y agradecido. Qué estampa, que armonía ni el mejor pintor puede plasmar este diseño anatómico perfecto para mi corazón, para mi mente y para mi alma. Felicidad sin empalago, sin refregado, simplemente un sentimiento puro sencillo, element

Imaginando

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I maginando que imaginé tu cuerpo al lado del mío, ralentizado, dejado al antojo, la habitación a media luz, llenada de sabores aterciopelados que ofuscan cada rincón. Imaginando que imaginé un dulce pajarillo en una rama que cantaba a la alegría al sol y a la luna, incansable y territorial dominando el horizonte. Tarabilla en Faro Finisterre Imaginando que imaginé un cervatillo dulce y animado comiendo en mi mano pastelillos de nostalgia  llenos de color y amor. Imaginando que imaginé volando por el universo acariciando estrellas y polvo cósmico, tocando la armónica el himno de la esperanza.                                                                                                  Cueva en Palacio Quinta  da Regaleira (Sintra)   Imaginando que imaginé, un mundo mejor, sin mentiras, sin orgullo, sin envidia ni ambición, donde tú y yo  nos comemos a besos

Preparos alocados

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V a llegando las fechas navideñas y la mente va acelerada, desbocada y alocada. Árbol de Navidad muy singular. Creación de mi hermano pequeño, Miguel Ángel No solo por la cantidad de gente que invaden las calles sino porque ella, como buena trabajadora incesante, va por delante de nosotros. Coge su agenda prodigiosa y va escribiendo en líneas neuronales todo aquello que tenemos que hacer. Hacer limpieza en la casa... organización general, no dejar títere sin cabeza y plantando batalla a uno de mis eterno enemigos alérgicos: el polvo. ¿Por qué?... Difícil explicación aunque podría decir que es una tradición familiar impuestas de madres a hijas en mi familia, aunque supongo que lo habrá en muchas más sobre todo cuando son como la mía, andaluza... donde la  mujer sigue siendo el motor de la familia, la que reúne a todos, la que da alegría, la que se sacrifica horas en la cocina para que todo esté perfecto el día de Nochebuena y se le caiga la baba viendo a su prole degustando l

Hambruna por conocer.

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Tarabilla en Terra da Morte M añana abrumadora con indicios de hambruna de conocimientos. El tiempo no me basta, quiero más y la inquietud por hacerlo todo me invade. Una parte de mí, me sosiega, me calma, me frena... me transmite tranquilidad porque así llegará todo mejor. La otra, la más rebelde, la inconformista ... lo quiere todo ya, quiere tener todo el tiempo para ella, para conocer, para embeber todo lo que lea, para devorar todo lo que caiga en sus manos, intentando buscar ese estante libre en su cabeza para almacenarlo y no olvidarlo... como cual recuerdo de un amor efímero y pasional. Mi sentido intenta poner orden en esta lucha devastadora y firmar una tregua estable con convencimiento, con compromiso. Las dos tienen su argumento ... la una "vísteme despacio, que tengo prisa" y la otra "no quiero una vida de esperas"... No le faltan razón a cada una. Es cuestión de encontrar esa balanza que establezca el equilibrio entre ambas p

Tristeza acaramelada.

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Parque Natural de Corrubedo  L a tristeza invade hoy mi existencia, nublando el radiante sol de la mañana y conjugando terribles tormentas inducidas por guerreros fantasmales. Cuando los hechos corrompen mi estado de ánimo optimista y vivaracho, no me queda más remedio que sucumbir y dejar que los sentimientos afloren, se asienten y se desarrollen en una expansión descomedida. Cuando crean que se han apoderado de todo, que han infectado cada célula de mi cuerpo, mis neuronas empiezan a emitir sus mensajes telegráficos para dar la señal de que el duelo y la melancolía ha llegado a su fin. La sangre empieza a ir más rápida cogiendo temperatura candente y destruyendo todo aquello que está tocado por lo oscuro. Todo se va despertando y tomando su color inicial. Buscando la perspectiva idónea para convertir lo malo en algo bueno, privilegiado y afortunado. Es cierto. Este es el proceso que siempre ocurre dentro de mí cuando algo irrumpe provocando incertidumbre y pesa