Diseño anatómico.
Dulce hogar que me vio nacer
entrañas alborotadas por tanta excitación,
ojillos nerviosos y vivarachos
buscan minucias
que le estimulen
una palabra perdida
en un milímetro de recuerdo.
Sencillez atrevida,
espontaneidad desbordada,
palabras sin sentido
y risas desmesuradas.
Reunión acordada,
con actas y memorandum,
formalidad consentida
todo se desmorona
con cada bocado deleitado,
con cada sorbo saboreado.
Jardín del Capricho, Madrid. |
Qué bonito es vivir?
No. Qué bonito es estar en familia,
relajados, a nuestro antojo,
charlando por charlar,
riendo por reir,
una madre regocijada
en un corazón engrandecido,
feliz y agradecido.
Qué estampa,
que armonía
ni el mejor pintor
puede plasmar
este diseño anatómico
perfecto para mi corazón,
para mi mente y para mi alma.
Felicidad sin empalago,
sin refregado,
simplemente
un sentimiento puro
sencillo, elemental
básico y esencial,
que expira e inspira
por todos los poros
de mi cuerpo,
sin forma
sin línea
sin relleno...
solo eso...
como el aire que respiro.
Parte de mí,
parte de mi hogar.
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