Embrujada
Como se nota que va llegando la primavera...los días empiezan a ser calurosos y las noches, a pesar de ser claras, son aún frías.
Mi ciudad tiene algo especial en la primavera....es algo indescriptible. Cuando paseas por el centro...el olor a azahar se funde en tus entrañas...tanto que quedas embrujada en ese momento temporal cuando el sol ya no quema y la noche quiere hacerse notar con una entrada majestuosa, luciendo cada una de sus tonalidades con devoción y sin celeridad alguna.
La noche te incita a alternar, a mezclarte en bares y garitos para conquistar con ese resurgir primaveral que está instalado en tu alma. Lo curioso, es que todos parecen estar en el mismo estado de éxtasis...
todos estamos deseando que llegue este momento para decir adiós al invierno y abrazar con alegría a esta primavera que convierte todo lo que toca en color. Tenemos ganas de salir, de hacer cosas, que ver a los amigos, de pasear, de divertirnos.....es querer comerse el mundo.
Esa es la sensación que tengo. Que soy capaz de cualquier cosa...que nada se me resiste, que todo está en mi mano...y que lo voy a conseguir...
Esa es la sensación que me embarga cuando llegan los primeros síntomas de la primavera.
He aquí mi devoción hacía la ciudad que me ha visto nacer, a la que adoro y quiero. Con todas sus virtudes y defectos pero que es mía y me encanta como es.
Quizás ahora esté valorando más la suerte de vivir en ella....ahora que los planes de futuro son diferentes.
Quien sabe si el día de mañana la añoraré con gran pesar y la recordaré catalogándola como grandes momentos de mi vida.
Comentarios
Normalmente, la gente que viene de visita a la ciudad en estas fechas queda encantada del clima, de la gente y del aroma ambiental...y eso, me llena de orgullo.