Perseverancia innata.

Preparándome para el siguiente asalto. Con la moral muy alta y el corazón repleto de esperanza.
Espero que esta vez sea la definitiva y si no lo es, tiraré para delante y seguiré insistiendo.
La perseverancia es algo muy innato en mi.

Hace muchos años creí erróneamente que no valía para estudiar, simplemente porque varios cursos me salieron mal. Sin embargo, no es que no valiera, es que mi decisión hacía la rama que iba a estudiar no era la correcta. Este error desencadenó en la conclusión que los libros y yo, no nos llevábamos bien.
Diez años después, movida por la espinita clavada en el corazón de no haber estudiado una carrera, me embarqué en lo que sería una de las decisiones más importantes de mi vida y que  hoy me hace sentir más orgullosa de mí misma: estudiar en la universidad.

No sólo me demostré que valía para estudiar sino que lo demostré a todos aquellos que yo pensaba que habían perdido la ilusión en mí....mis padres. Movida más por demostrar a mis padres que no estaba todo perdido en mi vida, que por estudiar la carrera en si....hice una gran maratón en 7 años....ya que no fue fácil llevar mi vida familiar y personal, junto con un trabajo y los libros. Pero lo conseguí.

Después cogí más autoestima porque, al fin, no había abandonado uno de mis proyectos. Hasta ese momento casi todo lo había dejado a la mitad, bien porque dejaba de interesarme, bien porque me desilusionaba al no conseguir los resultados esperados.
Luego ya vino otro proyecto que igualmente conseguir culminar con brillantez y con un subidón tremendo al ver que podía con eso y con más.
Ahora estoy con las oposiciones, no son fáciles pero sé que puedo....Es cuestión de insistir....

Hoy, desde la lejanía de aquellos momentos de antaño, veo que toda mi vida he sido perseverante.
He aprendido cosas que aunque no me gustaban, conseguí dominar...como fue las clases de corte y confección. Durante dos años me estuve haciendo mis propias prendas.
Leía sin parar durante toda mi adolescencia, incluso leía el mismo libro varias veces.
Me gustaban los deportes y he practicado desde fútbol al tenis, pasando por el karate, baloncesto y la petanca....
Conseguí todo esto combinándolo con el trabajo en el negocio de mi padre y ayudando en casa con las tareas. Estoy trabajando desde que tenía 13 años y la dificultad que conlleva toda esta combinación es lo que me hace pensar que solo una persona perseverante ha podido llegar a aprender tantas cosas y tan variadas.
Media vida desvalorándome y ahora sé que soy fuerte, constante y tenaz.
Y lo más importante, estoy orgullosa de mí misma y soy feliz porque estoy haciendo lo que realmente quiero. No puedo pedir más.

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