Un revés en el tiempo.

Hace tiempo que descubrí que cuando la mente no está para nada, hay que dejarla descansar.
Es lo que me está pasando hoy. Estoy ensimismada en un malestar general entre la desilusión y el cansancio por el esfuerzo invertido. Apatía total por todo.

Quiero seguir con mi ardua tarea, con mis libros, pero aunque los tengo delante...solo consigo leer dos líneas. La mente vuela hacia otra dimensión. Nada en concreto. Divaga solitaria sin rumbo predeterminado. A veces, me descubro mirando un punto en el abismo como si no pudiera mirar más allá de esa pequeña área.

Así pues como dicen que la naturaleza es sabia, me he tomado un descanso mental para mañana retomar mi rutina. 

Reconozco que en estos momentos me encuentro más animada que hace unas horas, pero supongo que a todos nos hace falta un poco de tiempo para asimilar los baches que nos encontramos. De manera que podamos rehacernos y enfrentarnos a la siguiente carrera, que es, ni más ni menos que el domingo que viene.

Si a todo esto le añadimos la inestimable ayuda de una buena compañía pues resulta que la recuperación es más rápida y placentera. Nada mejor que un buen amigo que te distraiga con la conversación y haciendo que tu mente se despierte prestando atención hacia algo totalmente inesperado. Por todo ello, me siento agradecida y engrandecida por tantas muestras de cariño.
Me siento afortunada por verme rodeada de buena gente y de gente buena, con personalidad y espíritu luchador, con ilusiones, con esperanzas, con mucho cariño que dar de forma incondicional, con valores y principios....por todo ello, quiero dar las gracias por tener esta tremenda suerte. 

Me siento totalmente arropada, protegida y querida. ¿Qué más puedo pedir?. Simplemente soy feliz.

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