Palabras escuetas.

Sinceridad ocultas bajo palabras escritas escuetamente en un mensaje.

Dulce bienestar producen en mi interior su lectura.

Durante varios minutos, las releo una y otra vez... escudriñando cada signo, cada espacio, cada línea...esperando encontrar algún resquicio de algo que se pase por alto a mi viva vista, acostumbrada a acertar entresijos en milésimas de segundo, a deducir en una decenas de ellos y a opinar en menos de un minutos.

Hoy, vuelvo a releer y a intentar sentir los mismos sentimientos que me embargaron entonces... grandiosidad expandida en el alma, corazón acelerado por la emoción y semblante risueño en la mirada... 

Emociones que las palabras avivan una y otra vez en este corazón bobalicón, ese que le gusta tanto los piropos y las alabanzas. Ese que se levanta fiero cuando lo ofenden en lo más sagrado pero que en el fondo es tan dulce y manso como un pequeño pajarillo.

Mi vida, dulce balanceo de mi propia existencia, vuelve a enseñarme caminos que no esperaba... senderos que parecían atajos, se están convirtiendo en hermosos caminos de peregrinos donde las mejores virtudes de los hombres se manifiestan espontáneamente, esas que en las grandes ciudades pierden su norte y hay que buscarlas en centros ataviados de personas que buscan esas mismas inquietudes, donde se ejercitan valores casi olvidados pero que resultan ser lugares acogedores y cálidos al alma...porque allí... solo el alma manda por unos momentos y camina desnuda frente a frente, sin pudor a sentimientos avivados en el corazón...

Sinceridad ocultas bajo palabras escritas escuetamente en un mensaje... avivan mi alma y mi corazón.