Rumbo definido.
Creo fervientemente que las ilusiones tienen que ser uno de nuestros ingredientes diarios dentro de nuestra dieta.
Hay que tenerlas siempre en la despensa, tomar una pequeña dosis diaria para estar en forma nuestra mente y nuestro corazón. Solo así, podremos ver el día a día con pinceladas de optimismo y alegría.
Con todo esto no quiero decir que tengamos que estar siempre sonrientes y felices pues eso sería ir contranatura ya que la tristeza, el desazón, la desilusión... son parte de nuestra vida también y por eso necesitan un hueco en nuestro ser... Solo considero que si una ilusión guía nuestra rutina, ésta será más fácil de llevar, los días malos no serán tan malos, los desplantes serán descafeinados y nuestros minutos podrán ser vividos con más intensidad, todo ello sin enmascarar todas aquellas pequeñas bellezas instantáneas que se nos muestran casi sin hacer ruido, pero que están ahí y solo unos pocos, somos los privilegiados que nos deslumbramos con ellas.
Bendita ilusión que llena esta alma y la guía por donde va.
Alma caminante incesante y con destino marcado,
destino forjado con los años a fuego lento,
años de sufrimientos y acciones arriesgadas
que hicieron de esta alma un ánima errante y sin rumbo.
Ahora... cuando la luz más brilla en ella,
es cuando más admiro mis pequeñas vivencias
cuando más descubro pequeñas bellezas ancladas en mi vida
cuando más respiro puro y profundamente.
Hoy, sencillamente mi alma está amueblada
con cariño, con amor, con amistad y felicidad.
Me pregunto cómo llegué hasta este momento tan álgido.
Mi cerebro se aturulla como aquella película de 8mm en el proyector,
dispara hechos vividos en fracciones de segundos
para poder diagnosticar... en tan solo una decena de ellos...
que efectivamente, fue un todo, fue un conjunto,
fue mi propia vida y existencia
la que hasta aquí me ha guiado.
Retorno hacia mi interior,
búsqueda incesante de mi verdadero yo,
creyendo que ahí encontraría las respuestas a mi pesar,
cuan errónea estaba...pues con esa búsqueda ya estaba encontrando las respuestas,
solo necesitaba tener mi meta, mi objetivo, mi destino... para saber cómo soy,
qué me mueve y quién soy ante las horas que bailan al compás de mi reloj biológico.
Tan simple y tan sencillo... una ilusión... mi propia existencia.
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