Decisiones amargas o racionales?

La vida te plantea situaciones irónicas a tu manera de pensar y de sentir. Basta que hayas dicho de este agua no beberé para que, en un futuro lejano o no tan lejano, te ahogues en ella.... y he aquí cuando nuestros principios más básicos son sometidos a juicio... no de cualquier jurado, no, sino de ti mismo que es el juicio más duro y crítico que tenemos, donde no podemos engañar a nadie porque somos conocedores de todas las verdades íntimas de nuestra forma de actuar y de sentir. No podemos escapar de él... como máximo puedes aparcarlo o esquivarlo, pero siempre volverá y hasta que no haya un vedericto con sentencia condenatoria o absolutoria no te dejará respirar ni vivir porque la conciencia está aliada con él y hacen un binomio invencible, inquebrantable.


 Mi juicio llegó y vocifiré el mea culpa con firmeza, bien alto para que todas mis células comprendieran mi actitud.... 

Me siento más feliz... aunque quizás la palabra exacta es "en paz" con mi interior. Las decisiones se acatan para conseguir un fin y yo me he propuesto con todas mis ganas, conseguirlo.

Decisiones que no implican arrepentimiento por las actuaciones cometidas, sino aceptación de mis errores con todas sus consecuencias. En cualquier caso, nunca me ha movido la mala fe ni el querer hacer daño a propósito, por lo que el juicio es menos duro y la sentencia más fácil de acatar.

Renovada interiormente y deseando conseguir ese objetivo.... con convencimiento de que si no lo consigo, al menos, lo habré intentando con todas mis fuerzas.

Demos una tregua a los juicios de valor y así, el objetivo se verá más libre de acción.

Me deseo a mí misma, mucha suerte en este nuevo camino y la entereza necesaria para no desfallecer en el intento. 


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