¿Es rentable hacer favores?

Llevo varias semanas viviendo distintas experiencias a nivel laboral en la que me hacen cuestionar si realmente vale la pena hacer favores, ya sea a personas, ya sea a empresas. 
Parece que cuando uno hace favores, el ser "bueno" se te valora y todos muy contentos, pero en cuanto la relación laboral o contractual llega a su fin, cada uno tira para su propia casa, sin importar quién ha tenido más consideración con quién y sin ni siquiera tener en cuenta que antes de eso, todo era cordialidad.
No es un post para poner verde a los trabajadores, poniéndome como defensora de las empresas en una batalla a muerte donde la justicia laboral acabará dando una sentencia hacia uno u otro lado. Tampoco voy a poner a las empresas de santas, porque al fin y al cabo, son conducidas por personas, y como consecuencia, son la proyección de su personalidad. Es por lo que quiero aclarar que no vamos a diferenciarlas por su condición o etiquetas en este juego... mi intención es resaltar cómo en el mundo en que vivimos, donde el que no salta, vuela, a la hora de la verdad... todos juegan sin piedad, apostando por sí mismos, sin importar si el contrincante le sacó de apuros, o le hizo un favor invaluable... es todo o nada, o tú o yo. 
Entonces, si este es el final para todos los campos... ¿para qué hacer favores a nadie?, ¿qué influencia es la que se ejerce sobre nosotros para acceder a los mismos? ... sólo se me ocurre dos cosas, una porque la persona es por su propia naturaleza generosa, y dos, en algún momento de la vida, me voy a cobrar dicho favor. 
Si realmente son estas dos las únicas razones por la que hacemos favores, aunque se me ocurren más como compromisos, para sentirse uno mejor, porque decir "no" supone quedar mal para siempre ante esa persona, etc... me lleva a la conclusión, de que si eliminamos la naturaleza de la persona, que puede ser que no podamos conocerla lo bastante bien para saber que realmente es así, nos queda que los favores siempre se cobran. 
El problema es saber si dicho cobro será de mucho "más valor" que el favor que hicimos, lo cual es bastante subjetivo pues no todos tenemos el mismo patrón para evaluar las mismas acciones. Al final, todo queda pendiente de las circunstancias del momento para exigir el cobro.
Esta vida está matando las buenas acciones, y sobre todo a la honestidad... eso me entristece y me enrabieta. No me entra en la cabeza cómo la gente no quiere reconocer la verdad de las situaciones. .. decir "sí es verdad, tienes razón... me ayudaste desinteresadamente, no debería ser tan ruin ni miserable contigo"... Pero eso sería reconocer que uno está equivocado, y eso no está bien visto por la sociedad en la que vivimos. 
Sin embargo, yo aún creo en la existencia de la buena fe en las personas y me niego a pensar que estos comportamientos nos llevarán a la impersonalidad de todos frente a todos. 
Así que sólo nos queda que reflexionemos sobre ello y que cada uno vida según sus principios, y si con este post he conseguido que alguien cambie de opinión... me daré por satisfecha. 
Feliz Navidad a todos.

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